El sueño ocupa una tercera parte de la vida de los seres humanos. Dormir es esencial para el funcionamiento diario y tiene una importancia fundamental para mantener una buena salud. La falta, restricción o mala calidad del sueño, puede causar una disminución significativa en el rendimiento cognitivo, consolidación de la memoria, alteración de la atención, el aprendizaje y el funcionamiento ejecutivo (memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva, automonitoreo, impulsividad, planificación e inhibición y cognición social).
La medicina del sueño es una especialidad que se enfoca en el diagnóstico y tratamiento para los diferentes tipos de trastornos del sueño; que se pueden clasificar en disomnias que engloban aquellos problemas persistentes para lograr conciliar el sueño o mantenerlo, esto incluye el insomnio.
Por otra parte, las parasomnias son aquellas conductas anormales que se presentan en el periodo del sueño e incluyen el sonambulismo, los terrores nocturnos y las pesadillas. En la medicina del sueño se busca no solamente que el paciente duerma el tiempo suficiente y en el horario adecuado, sino también busca resolver los problemas que impiden que el sueño sea reparador.
En esta área pueden ser necesarios estudios como el cronograma de sueño, actigrafía o polisomnografía.
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